BIOGRAFÍA:
Marily Morales Segovia, nació el 15 de junio de 1935 en Yaguareté Cora, ha sido una mujer multifacética e inquieta que movilizó y proyecto la cultura correntina a otros puntos del mundo, entre ellos España donde creó un puente cultural entre Valencia y Corrientes. Abogada, escritora, escultora, pintora, artista de teatro. Madre de 5 hijos: Bárbara, Liz, Yuri, Verónica y Carla Antonini.
Esta imagen, captada por Teresa Abelenda durante la realización de una de las intervenciones culturales denominadas Gratiferias en Corrientes, organizadas por La Usina Cultural, muestra el espíritu de Marily. No está sobre un escenario, bajo las luces de un teatro, delante de un micrófono o de un público numeroso, no está dando charlas, ni conferencias, ni recitando o danzando poemas musicalizados . La creadora siempre estaba sola. La imagen refleja su espíritu, vestida completamente de blanco, sentada en una humilde silla, con un amplio muro adornado por signos, dibujos y la humedad natural del tiempo, junto a un cartel que reza «Adónde está la libertad», la que toda la vida buscó y nos regaló la poeta a través del arte.
Hermoso homenaje a la artista!
«Marily, por sus amigos».
«La Pombera», su vida y sus obras (Bárbara Antonini, Corrientes, Editorial D, 2022)
Este libro es una especie de biografía, distinta a la tradicional, escrita por tanta gente que ha formado parte de la vida de Marily Morales Segovia y que ella, a su vez, de alguna forma ha sido fundamental en la vida de cada uno. Esa relación que vincula a la Pombera con cada amigo o familiar marcó un rumbo trascendental, que hoy lo resignificamos. Realmente esas “huellas” conservadas han quedado firmes como sostén para proseguir caminando y sosteniendo en alto la cultura correntina, su lengua guaraní, su chamamé. Respecto de este patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, ella hubiera estado de fiesta cuando la UNESCO así lo nombró. Compartimos con Polito Castillo su letra: “…pero yo no sé por qué/ alguien duda de mi origen/ y no sé por qué se afligen/si yo soy el chamamé.” Con seguridad que nombrarla a Marily es decir chamamé, tal como expresa Martín Alvarenga: “es el talismán… que nos orienta hacia la Tierra sin Males… una música sin espacio y sin tiempo…esa que ahora comienza a formar parte del patrimonio del planeta.” Así, las obras de la Pombera lo enaltecieron, tal como sucede con “Glorias de nuestro pasado” -por nombrar sólo una- que finaliza: “¡soy correntino, presente!/ y se sumó a la patriada.” Une el ser correntino a la necesidad de una Patria libre e independiente a través de su música emblemática.
Esta hoja de vida es excepcional porque nos la hace conocer a la Pombera desde otra perspectiva que no es el análisis literario de sus obras, sino la recreación de su cosmovisión de la vida, sobre todo de la que lleva en sí la raíz telúrica, la raigambre guaraní, sus mitos y leyendas, su humanidad y la luz, esa que refleja su cultura y su lengua, que nos va iluminando hace siglos ya. En este libro nos encontramos con testimonios de familiares, como sus hijas, un nieto, su hermano “Chente” Morales y amigos, muchos amigos, como Teresa Parodi, Antonio Tarragó Ros, Mario Bofill, Yuyo Cáceres, Romy Espinoza, Moni Munilla, Alejandro Mauriño, Cacho González Vedoya, Rita María Enei, entre tantísimos más. Con latidos propios cada participante nos va ofreciendo cada faceta que encastra perfectamente en el sentir y en el modo de vivir de Marily. Esa trayectoria llena de huellas nos muestra su vida entera, ese camino andado con su mirar idóneo y cálido nos enseña que se puede ser fugitivo y eterno como el río –al decir de Dulce María Loynaz-, pero también se puede ser piedra fundante que no se horada con el paso del tiempo ni con las nuevas tecnologías de la posmodernidad, sino que se transforma, se recrea, se reconstruye sin olvidar su esencia.
A través de los relatos testimoniales, recuerdos y descripciones, Marily nos impele a continuar reuniéndonos en torno de lo popular, sagrado y festivo: el chamamé, los mitos y las leyendas del pueblo guaraní y el joven Jesús, Buen Pastor. Marily lleva la sensibilidad del ser correntino en sus letras, en sus obras. Así trasciende la identidad, la idiosincrasia, su filosofía de vida que nos hace reflexionar sobre lo cotidiano de la naturaleza, del hombre y del propio Jesús. Su religiosidad en armonía con sus creaciones literarias nos proyecta más allá del tiempo, de las circunstancias y del espacio.
Esta obra de su hija Bárbara Antonini pensada y realizada con amor filial, con devoción y como reconocimiento por todo lo brindado y gestionado desde distintos cargos y lugares geográficos –sin olvidarse jamás de su suelo nativo y todo lo que éste significa- trasciende el hoy y el aquí para alcanzar la eternidad buscando permanencia como sostén de la identidad y la esencia correntinas.
Bárbara ha encontrado, luego de buscar con intensidad y amor, el “hilo invisible” pero esencial que une a Marily con sus compoblanos y que le posibilitara trascender fronteras y llegar más allá, en el viejo continente, donde también encuentra nuestras raíces en esa amalgama inmemorial de sangre y estirpe guaraní-española. Ese “hilo invisible” une también a través del afecto, de la belleza de la palabra al canto y a su mentora para recordarnos que sólo el AMOR pesa en la balanza de la vida, como expresa el poeta Alfredo Veiravé: “Porque estamos en las cosas más simples y pequeñas/ y en ellas somos/ un vínculo del Amor.” De ahí que valoremos tanto este trabajo de Bárbara y la participación esencial de cada amigo o familiar de Marily; gracias a ellos las nuevas generaciones conocerán la esencia y la identidad correntinas, su vínculo con la Madre Patria, especialmente con Valencia, en esa conjunción fascinante desde donde podemos afirmar que este aporte a la cultura de nuestro pueblo ha sido y es magnífico.
Que su voz no se apague mientras haya amigos que hablen por ella, mientras haya lectores que disfruten de sus obras y coincidan con el poeta Jorge Vocos Lescano: “Y otra vez el canto viene/ como una corriente loca/ que no se puede atajar. // Y otra vez el alma tiene/ que estar entera en la boca/ para poder salvarse.” Bárbara con su propósito cumplido, hecho libro, nos sumerge en ese instante de eternidad necesario que la Pombera merece por siempre y queda plasmado en lo que expresa Rolando Camozzi Barrios en una de sus poesías: “Tan de pájaro soy, tan de nostalgia/ que he de morirme para ser eterno”.
ALGUNAS DE SUS OBRAS:
EL NIÑO DIOS HA LLEGADO
El niño Dios ha llegado
En un rancho chiquitito.
La luna lo está alumbrando
Y lo saludan los grillos.
El niño Dios ha llegado
a los campos correntinos
Y en una cuna de paja
está esperando dormido
El niño debe crecer
Debe hacerse hombre fornido
Por eso quiero saber
sí estará bien atendido.
Si le daremos la leche
Que necesitan los niños
Y si le protegeremos
De los microbios y el frio.
Y cuando cumpla seis años
Si tendrá cuaderno y libros.
Y cuando sea grande
sí le daremos oficio.
Y al cumplir los treinta y tres,
Yo quiero saber chamigo
Si lo vamos a matar,
de nuevo como hace siglos.
Ya ha llegado el niño Dios
A los campos correntinos
Y nadie sabe cuál es
De todos los que han nacido.
Por eso hemos de cuidar
Igual a todos los niños,
Darles pan, ropa, remedio,
Abecedario y oficio.
Y zanjar las diferencias
Comprendiendo y sin cuchillos.
Si no, corremos el riesgo
De matar de nuevo
A Cristo.
Defendamos a Jesús
En cada gurí, chamigo.
Esto fue lo último que escribió Marily Morales Segovia, estando internada a pedido de su amigo Raúl Díaz para el ADN Festival Nacional del chámame 2017. – Marily respiraba Chamamé al nacer su padre la tomo en brazos y bailaron Km 11, de Tránsito Cocomarola.
ADN del chámame
Lagunas
Palmares
La tierra bendita
Ofrece su vientre
Al beso del agua.
Y el agua le canta
Fecunda de siembra
Azul de esperanza
Los ríos
La noche
El raro misterio
De las luces malas,
Agita las crines
Y ardientes relinchos
De la caballada
Pomberos
Y yaras
Custodian la vida
Que crece en la tierra
Doliente y sagrada
Las sombras son duendes
Que mueren al alba
Paraná.
Vientre inmenso que nos navega
Tan repleto de peces y de nostalgia
Rio lento que sueña y se ríe en el brillo de las mojarras.
Paraná.
Puro cielo que se enamora
De los soles y lunas que ve a lo lejos,
Día y noche los lleva sobre las olas.
Somos viajeros
Somos dos,
Dos viajeros de sueños
Tú te vas,
Yo me voy
Hacia la libertad
Tú te vas,
Yo me voy
Hacia la eternidad
El ADN celestial del bendito “chámame” surge de las voces guaraníes, españolas y portuguesas de la conquista y de las campiñas correntinas atravesadas por los golpes de las bailantas.
Las estrellas lo miran y sueñan con su nombre
¡¡¡¡¡ chámame milenario¡!!!!!! ¡¡¡¡ chámame victorioso¡!!!!!! ¡¡¡¡ chámame que crece y se expande a todo el planeta!!!!!!
CONOCÉ MÁS AQUÍ:
https://youtu.be/al_MTdGZ6FY?si=Ke0eZ91K-zPaR7pH